Realmente es una historia sencilla y muy recocida en los últimos tiempos pues lleva mas de 3 años en cartelera con grandes éxitos , es una historia simple pero que en su fondo late un tema que en este país nos afecta a todos. Es una obra que nos plantea estas situaciones de una manera muy divertida la mayor parte de las veces, llevada a buen término por la capacidad y experiencia de Rafael Inclán. La interpretación dramática que el texto requiere al propio Inclán y a Socorro Bonilla es resuelta por ambos de manera estupenda también.
La adaptación del texto, como lo he mencionado ya, es efectiva; sin embargo, a lo largo de su desarrollo se alcanza a percibir algunos puntos que han quedado sueltos sin que ellos afecten el resultado general del montaje. La cronología no termina de responder precisamente con nuestra historia nacional, las crisis sucesivas que bien conocemos todos son mencionadas sin que podamos ubicar precisamente el detonante de esta historia. También en ocasiones, se percibe detrás de la situación planteada en la obra un fondo más terrible y doloroso del que aparentemente observamos: los muertos y desaparecidos, las heridas dejadas por la dictadura flotan como un fantasma.
Ambientada en un barrio pobre de nuestro país, la escenografía cumple y proporciona el contexto que la acción requiere. Tal vez solamente algunos ajustes menores serían necesario en este aspecto, pues algunos contados detalles quedan a medio camino entre el realismo o la caricatura voluntaria. Dejándonos la duda de hacia dónde se quería apostar (ambas opciones serían recursos válidos para este montaje).
En resumidas cuentas, Made in México es una estupenda opción para ver una historia bien contada, con actuaciones sobresalientes y una producción bien cuidada en la mayor parte de sus detalles. Una obra que con temas como el amor por las raíces y la tierra, las costumbres, la nostalgia y la pertenencia, toca fibras emocionales del público, provocando en él la risa constante, algunas lágrimas y una prolongada ovación.
Sin embargo, también hay que mencionarlo -más como un reproche al público que a las impecables y muy disfrutables actuaciones sobre el escenario-, la audiencia regala desde el principio el aplauso que justificadamente han de ganar los actores al finalizar la obra. Apenas con unos minutos de iniciada la acción, la audiencia -al menos el día que el que escribe disfrutó de la obra- recibe la entrada de los actores al escenario con un aplauso. Finalmente, les queremos advertir que esta sala permite el consumo de alimentos en su interior -práctica que en Cartelera de Teatro nos desagrada-, así que les avisamos para que no se desconcentren si escuchan ruido de bolsas o sienten el olor de las palomitas de maíz a su lado o detrás de ustedes. EDUARDO H. ROJAS
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